La inmensa mayoría de las personas que acuden a recibir un quiromasaje
lo hacen porque ya tienen una molestia. Y, por
lo general, éstas suelen ser de tipo muscular. Sin embargo, ¿se ha preguntado
cuántas personas son susceptibles de poder recibirlo ?
De entrada, el masaje no sólo tiene por qué recibirse de
manera exclusiva en la espalda. Muchas veces otros músculos de nuestro
organismo se encuentran fatigados. Por ello, un quiromasaje alivia la zona muscular
-cualquiera que sea- que esté sufriendo cierta sobrecarga, evitándose así la tan temida pesadez muscular . No hay que pensar sólo en
deportistas de elite. Infinidad de profesiones ponen a prueba de manera
constante determinados músculos; y, muchas veces, no tienen por qué estar
ligados a grandes esfuerzos. Pensemos -por ejemplo- en los comerciales que tienen
que cargar durante buena parte de su jornada laboral con un pesado maletín y,
por lo general, con el vicio de llevarlo siempre en un mismo brazo.
De igual modo, aquellas personas que, por su actividad,
pasan muchas horas de pie. Un buen quiromasaje ayudará a reactivar la
circulación. Si eres mujer y estás embarazada, puedes mitigar las molestias en
las piernas, reduciendo así la posibilidad de tenerlas cansadas.
Ni que decir tiene que un buen quiromasaje ayudará de manera efectiva
a reducir el estrés ocasionado por nuestro frenético ritmo y que, a la larga y
si no se pone remedio, terminarán ocasionando más molestas sobrecargas musculares.
Vemos así que recibir un quiromasaje, con carácter frecuente, beneficia a nuestro organismo. Y, también por supuesto,
llevar una alimentación equilibrada, hacer ejercicio con
asiduidad (bastaría con caminar al menos media hora todos los días), comer al
menos cinco piezas de frutas y/o verduras al día y
beber 2 litros de agua, que permitirá a nuestro cuerpo funcionar de manera
óptima.
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